El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, un esperado plan de paz en Washington para resolver el conflicto entre Israel y Palestina, al que calificó como una “solución realista de dos estados que resuelve el riesgo del estado palestino para la seguridad de Israel”.
Las declaraciones de Trump dan a entender que su plan dará un marco legal a una situación de hecho: Israel pasaría a controlar de manera soberana el 20% de Cisjordania -incluido el Valle del Jordán-, a la vez que perdería el control sobre una pequeña zona del desierto del Néguev, cercana a la frontera con Gaza y Egipto, reportó el diario The Jerusalem Post. Según dicho periódico, Palestina tendría soberanía en las las zonas definidas en los acuerdos de paz de Oslo de 1993, aunque Israel mantendría el control sobre todas las fronteras.
“Este mapa duplicará el territorio de los palestinos, con una capital en Jerusalén Este, donde Estados Unidos abrirá orgullosamente una embajada”, expresó el magnate republicano, “ningún israelí ni palestino tendrá que abandonar su hogar”.
El plan del mandatario pretende brindar un territorio continuo a los palestinos, conectando el territorio principal ubicado en Cisjordania con la Franja de Gaza a través de una serie de carreteras subterráneas.
Según el mapa presentado, el nuevo Estado palestino no tendrá frontera con Jordania ni acceso al Mar Muerto, ya que el Valle del Jordán quedaría bajo control israelí.
El acuerdo pretende, además, interrumpir durante cuatro años la construcción de nuevos asentamientos israelíes en territorio palestino para favorecer la negociación entre las partes.
La condición para su implementación es que Palestina reconozca a Israel como un Estado judío, aunque alrededor de un 25% de su población practica otra religión, según la Oficina Central de Estadísticas de Israel.
“Un plan de paz”
“¡Abajo Israel y abajo Estados Unidos!” protestaban miles de palestinos en Gaza contra el plan de paz estadounidense al recorrer las calles del enclave.
Los manifestantes, entre los que figuraban líderes de todas las facciones de Gaza, quemaron banderas de Estados Unidos e Israel, además de un muñeco con la figura de Trump para mostrar su rechazo al plan de Washington.
La franja, gobernada de facto por el movimiento islámico Hamas y bajo bloqueo israelí desde 2007, fue la primera en responder a la convocatoria de manifestaciones que continuará en territorios palestinos, reportó la agencia de noticias EFE.
Esta jornada marcada por caos y disturbios, se tradujo rápidamente en enfrentamientos armados.
En la línea divisoria entre Gaza e Israel, manifestantes chocaron con las tropas israelíes y lanzaron globos con artefactos explosivos a localidades israelíes fronterizas y eventualmente, se registraron choques aislados con soldados cerca de puestos militares israelíes.
Esto provocó que las expectativas del plan de paz se derrumbaran ya que se espera que este sea rechazado por el liderazgo palestino, que no mantiene contactos con Estados Unidos desde que el gobierno de Trump reconoció a Jerusalén como capital israelí a finales de 2017.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, convocó una reunión de urgencia con el resto de facciones para definir la respuesta, al tiempo que la población palestina ha sido llamada a protestas hoy y mañana en Gaza, Cisjordania y Jerusalén.
Por otro lado, Israel está alerta ante posibles manifestaciones y el Ejército aumentó hoy su presencia militar en el Valle del Jordán, una zona limítrofe con Jordania del territorio cisjordano que quedaría anexionada si se implementa el plan de paz de Trump. (Télam)